La pasión era León

León

Pasión muda
fuerte y profunda
que palpita
con orgullo de origen
en estado virgen.

Pasión sólida
como las piedras de la catedral,
nunca efímera como la nieve del frío invernal,
siempre compañera
por calles y callejas
del húmedo, o del cualquier otro lugar.

Pasión única
se esconde en los adentros
de la intimidad,
y reluce en las vidrieras
engarzadas de años y con acumulo de belleza ancestral.

Pasión apasionada
que duerme tranquila
se esconde o emerge.
Los extraños no la imaginan
porque el leonés
no grita,
él trabaja, hace, sigue...
y aunque ondea pendones
no presume, sólo es.
El leonés tiene dentro
sangre, vida, raíces, sueños,
los talla día a día,
los bruñe, los dibuja
pero nunca los deja
hasta que los cumple.

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